lunes, 23 de enero de 2017

LOS CONSEJOS QUE DAS ....!!!

LOS CONSEJOS QUE DAS.... Tanto si eres una persona muy dada a dar consejos a otros como si casi nunca lo haces, pero de vez en cuando te sorprendes haciéndolo, tienes que saber que es una oportunidad muy importante de autoconocimiento y crecimiento si le prestamos la debida atención. Técnicamente es una fantasía de nuestra Mente Consciente el pensar que puedes ayudar a alguien cuando ni siquiera eres capaz de arreglar tus propios problemas. Pero si además tenemos en cuenta que la estructura mental de cada individuo es única e irrepetible (depende de la información inconsciente y del bagaje de vida), lo que puede ser una opción lógica para ti, pocas veces lo es para el otro dada su configuración interna. Pero el objeto de este escrito es pararte por un momento en el mismo acto de dar un consejo y darte cuenta de las implicaciones que tiene y las posibilidades a las que te abre. Vivimos en una realidad proyectiva, NUNCA PERCIBIMOS LAS COSAS TAL Y COMO SON. Solamente cribamos la información que nos llega del exterior con nuestros filtros mentales y recreamos en el cerebro NUESTRA INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD. Es decir, que cada persona tiene su propia y única visión de las cosas teñida de aspectos de si mismo. Pues cuando un amigo o un familiar te cuenta una situación que está viviendo y te nace darle un consejo, lo que estás haciendo es DARTE UN CONSEJO A TI MISMO A TRAVÉS DE ALGO EXTERNO a ti. Te invito a que no te creas lo que te digo, simplemente cuando te des cuenta que acabas de dar un consejo, reflexiona si eso que acabas de decir o pensar es válido para tu historia personal, si tiene que ver con problemáticas que tú también tienes. Todo lo que puedes percibir son los aspectos de "eso externo" que tienen que ver contigo. En ningún caso pondrás atención a esos otros aspectos ajenos a tu información inconsciente. Por lo tanto, ese consejo que das habla realmente de tus necesidades. Recuerda que muchas veces la Mente Consciente no se da por aludida, pero en este caso hablamos de tu Inconsciente. Pondré un ejemplo para explicarlo mejor: supón que un pariente te cuenta que no es feliz en su matrimonio, que está mal hace tiempo y está pensando dejar a su pareja. Si tu consejo es hacer que se replantee la idea, si le dices que la vida en solitario es mas dura a nivel económico, que si tiene una falta de deseo puede echarse una amante y seguir llevando ese nivel de vida, lo que estás haciendo es proyectar TUS MIEDOS A NO SER AUTOSUFICIENTE en la historia de tu pariente. Él quizás ni se ha parado a pensar en eso porque su estructura mental le lleva a tener la atención en otros aspectos, pero cuando escuchas su historia no puedes evitar verla con tus gafas de ver la vida y centrarte en los problemas importantes para ti. Por lo tanto y para acabar, es una forma increíble y directa de conocerte saber que LOS COSEJOS QUE DAS SON LOS QUE TÚ NECESITAS. Carlos Muñoz

COMPASION ANTE LA IRA

Compasión ante la ira, por Thich Nhat Hanh Cuando una persona habla llena de ira, es porque está sufriendo mucho. Y al estar sufriendo tanto, se llena de amargura. Siempre está dispuesta a quejarse y a culpar a los demás de sus problemas. Por eso te resulta tan desagradable escucharla e intentas evitarla. Para comprender y transformar la ira, debemos aprender la práctica de escuchar compasivamente y de hablar con afecto. Hay un Bodhisatva – un Gran Ser o un Despierto – que es capaz de escuchar profundamente y con una gran Compasión. Se llama Kwan Yin o Avalokiteshvara, el Bodhisatva de la Gran Compasión. Todos debemos aprender a escuchar atentamente como hace este Bodhisatva. Así podremos orientar de forma muy concreta a los que acuden a nosotros para pedirnos ayuda para restablecer la comunicación perdida. Si escuchas con compasión a una de esas personas, quizá alivies un poco el sufrimiento que siente; sin embargo, aunque lo hagas con la mejor intención del mundo, no podrás escucharla profundamente hasta que no hayas practicado el arte de escuchar compasivamente. Si eres capaz de sentarte en silencio y escuchar con compasión a esa persona durante una hora, podrás aliviarla de mucho sufrimiento. Escúchala con un único objetivo: para que pueda desahogarse y sufra menos. Durante todo el tiempo que la escuches, mantén viva tu compasión. Mientras lo hagas, has de estar muy concentrado. Debes centrarte en la práctica de escuchar con toda tu atención y todo tu ser: con ojos, oídos, cuerpo y mente. Porque si sólo finges estar escuchando sin poner el cien por cien de ti mismo, esa persona lo sabrá y no podrás aliviar su sufrimiento. Si sabes cómo practicar el respirar conscientemente y puedes mantenerte centrado en el deseo de calmar su sufrimiento, podrás conservar tu compasión mientras la escuches. El escuchar compasivamente es una práctica muy profunda. No escuchas para juzgar o culpar, sino simplemente porque deseas que esa persona sufra menos, sea tu padre, tu hijo o hija o tu pareja. Aprender a escucharla la ayudará de veras a transformar su ira y su sufrimiento. © Fanny Libertun