jueves, 11 de febrero de 2016

LA LUNA ROJA DESDE OTRA PERSPECTIVA

LA LUNA ROJA DESDE OTRA PERSPECTIVA... DESCOLONIZATE... Como mujer alguna vez te has preguntado ¿porque en ningún libro de historia, de educación sexual o en muchos de los casos consejos maternos se ha ignorado o se desconoce por completo la perspectiva de las mujeres indígenas en relación a la menstruación? Ellas no usaban toallas, ni tampones; tampoco se avergonzaban de la sangre, ni del olor ni de uno de los actos mas puros y significativos para la mujer. ¿Por qué nosotras si? Porque nuestras mentes, nuestras ideas y nuestra forma de vida ha sido colonizada, "occidentalizada" desde antes de nacer. Para muchas de nosotras la menstruación es un momento terrible, lleno de dolores, de achaques, de depresión, de enojo y un sin fin de emociones negativas. Recuerdo que mi primera menstruación fue un día lunes justo antes de iniciar honores a la bandera; secundaria llena, todos reunidos en el patio y los ojos de mas de treinta compañeros en mi falda blanca teñida de rojo. Lágrimas, carcajadas, murmullos, vergüenza. Somos los únicos animales que sienten vergüenza de su naturaleza... Me enseñaron a llamarle menstruación, con el tiempo preferí llamarle "mi luna" no solo porque mi cuerpo es como la marea y la luna (del cielo) influye directamente en mi; también por que en mi interior hay ciclos, hay estaciones y con mi luna varían. No estoy obligada a sonreír siempre, ni a llorar, ni a enojarme o a no sentir nada. Nunca me enseñaron que soy parte del cosmos, y como él me comporto, está en mi naturaleza y justo en mi luna todos mis instintos afloran; ¿porque debería sentirme avergonzada o culpable por lo que siento? La sangre que fluye de tu purifica tu cuerpo y mente porque durante cada mes atesoras sentimientos, emociones, pensamientos; y muchas de las veces todo esto necesita salir de ti porque te hace daño llevarlos dentro. Dolor, amor, miedo, odio, envidia, celos. Imagínate lo que significaría para ti cargar un año entero con ese costal en tu interior, el daño que le provocaría a tu organismo. Cuando comiences a sangrar piensa en todo aquello que quieres sacar de ti y hazlo, déjalo fluir entre tus piernas. Comienza a controlar tu cuerpo, tu ciclo, tus emociones. No en todos los casos, ni todas las mujeres experimentan dolor cuando su luna llega. Yo si, y antes lo odiaba porque desconocía el significado que este dolor provoca. Muero y renazco. Soy la misma y soy otra; las mujeres cada mes somos un fénix. Cuando tu vientre duele, cuando tu cadera te duele es tu portal abriéndose. En esos 3 o 5 dìas serás mas receptiva a todo lo que la vida te ofrece. Cierra los ojos y mira hacia dentro de ti misma, concéntrate en tu ritmo cardíaco y deja que el huehuetl interno te de calma y aclare tus pensamientos. Estos dìas, mas que en otros serás capaz de encontrar, vivir y experimentar la magia dentro de ti. En la antigüedad, las mujeres indígenas le ofrecían su sangre a la tierra como una ofrenda. Se ponían en cuclillas y se desprendían de sus emociones mezcladas con la sangre regresando la energía a su madre. También la esparcían entre las flores con sus propios dedos puesto que para ellas todo en sus cuerpos era sagrado, era parte del todo. Nosotros la dejamos ir entre tampones y toallas sanitarias que tardarán hasta 500 años en desintegrarse; para nosotras ahora es humillante, es sucio, es asqueroso lo que para ellas representaba una ofrenda de agradecimiento. ¿Pero en verdad somos tan distintas a esas mujeres sabias? ¿Seguiremos viviendo con vergüenza algo que es tan certero como la muerte? Toda esta magia, esta unión profunda con todo aquello que nos rodea sigue dentro de nosotros, palpita en nuestras venas; no es al azar que seamos nosotras (hembras de todas las especies) las guardianes de la vida. Nosotras llevamos en nuestro interior el caos que dio luz al universo. Celebremos nuestro poder, aun cuando no huela a rosas, aun cuando duela ya que es la muerte y la vida danzando en el mismo instante en nuestro vientre, nuestro portal y nuestros muslos. No tengas miedo de tocar tu sangre, es tuya, te pertenece. No tengas asco de olerla, no sientas pena por sentirla; eres tu misma fluyendo fuera de ti, eres la marea volviendo cíclicamente a su lugar de origen. Y lo mas importante, no enseñes a tus hijas el falso pudor ni la vergüenza que nos enseñaron nuestras madres a nosotras, enséñale que importante es que ame su cuerpo, sus propias lunas con todo lo que ellas le traerán, con todo lo que se llevarán lejos. Somos vida, somos muerte, hijas de la luna y de la tierra. Tejedoras de agua, cazadoras de fuego. Nuestra sangre es tan sagrada como el resto de nuestros fluidos, como el resto de nuestro cuerpo, energía, mente y corazón. - Paola Klug

SE TE HA OLVIDADO QUE TU ELEGISTES LOS SENDEROS DE ESTA VIDA

Se te ha olvidado que tu elegiste los senderos de esta vida. Se te ha olvidado el compromiso al que llegaste: Despertar. Se te ha olvidado que estabas segur@ de tener la suficiente fuerza y coraje para ello. Se te ha olvidado que elegiste ser el ángel que eres en realidad. Se te ha olvidado traerle aquí para expander la luz, tu luz. Se te ha olvidado que así es cómo ayudas al Despertar Colectivo: siendo un portador de Luz en tu diario vivir, repartiéndola en la grandeza de tu silencio. Se te ha olvidado que tu trabajo interior y cada autosanación es sanación que aportas al colectivo, a tus hermanos. Se te ha olvidado que este plano es tan solo un lugar de paso, que no te vas a quedar y que has vivido mas de 100 vidas diferentes aquí. Se te ha olvidado que lo importante es la libertad de ser, que el camino es duro pero que la recompensa es hermosa. Se te ha olvidado que no has venido a jugar con luces de colores, naves intergalácticas o seres cósmicos. Se te ha olvidado que no has venido a "salvar" al mundo y que no hay un "elegido", todos lo somos. Se te ha olvidado que la primera misión es contigo mism@ y que el universo te comunicará en el momento debido cuándo has de ayudar a los demás. Y se te ha olvidado que en realidad has venido a vivir y a experimentar la libertad divina. Ha llegado el momento de que recuerdes lo que has venido a hacer: SER. Porque SER es DESPERTAR.

CUANDO TE PERMITES LO QUE MERECES ATRAES LO QUE NECESITAS

Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas cuando-te-permites Cuando eres consciente de lo que mereces, y por fin, te lo concedes, y aprendes a priorizarte un poco más a ti mismo, llegará lo que necesitas en realidad. No es magia, ni es el universo tejiendo sus leyes de atracción. Es nuestra propia voluntad para ser felices, para tomar las riendas de nuestra vida… Empezaremos proponiéndote una pequeña reflexión… ¿Qué es lo crees que te mereces a día de hoy? Puede que hayas pensado en un descanso. En permitirte que el tiempo discurra un poco más despacio para poder así, apreciar todo lo que te rodea. Disfrutar del “aquí y ahora”, sin estrés, sin ansiedad. Es posible que hayas pensado también “que mereces alguien que te quiera”, que te reconozcan un poco más. Sueles esforzarte mucho por los demás y no siempre ven todo aquello a lo que has llegado a renunciar. Todos, en nuestro interior, sabemos qué es lo que merecemos. No obstante, el reconocerlo es algo que a veces nos cuesta porque pensamos que puede llegar a ser una actitud egoísta. ¿Cómo decir en voz alta cosas como “necesito que me quieran”, “merezco ser respetado/a”, “merezco tener libertad y tener las riendas de mi vida”? En realidad, basta con decírnoslo a nosotros mismos. No debemos equivocarnos, porque priorizarnos un poco más no es una actitud egoísta. Es una necesidad vital, es poder crecer interiormente para ser felices. Te invitamos a reflexionar con nosotros. Las actitudes limitantes Muchos de nosotros solemos desarrollar a lo largo de nuestra vida muchas actitudes limitantes. Son creencias en ocasiones inculcadas durante nuestra infancia, o incluso desarrolladas posteriormente en base a determinadas experiencias. Son esos pensamientos expresados en frases como “no valgo para nada”, “yo no soy capaz de hacer eso, fracasaré”, “¿Para qué intentarlo si siempre me salen las cosas mal?”… Una infancia complicada con unos progenitores que nunca nos dieron seguridad, o incluso relaciones afectivas basadas en la manipulación emocional, suelen limitarnos casi de un modo determinante. Nos volvemos frágiles por dentro y vamos poco a poco, deshilachando nuestra autoestima. Reestructura tus creencias. Tú eres más que tus experiencias, no eres quien te hizo daño o quien alzó muros para privarte de tu libertad. Mereces avanzar, mereces leer en tu interior y reconocer tu valía, tu capacidad para ser “apto” en la vida y sobre todo, feliz… shutterstock_174362327 (1) Lo que mereces, lo que necesitas Lo que merecemos y lo que necesitamos está tan unido como el eslabón de una cadena. Te pondremos un ejemplo: “Necesito a alguien que me quiera”. Es un deseo común. No obstante, empezaremos cambiando la palabra “NECESITO”, por “MEREZCO”. Te mereces a alguien que sepa leer tus tristezas, alguien que atienda tus palabras, que sepa descifrar tus miedos y ser el eco de tus risas. ¿Por qué no? Al cambiar la palabra necesidad por merecer, eliminamos ese vínculo de apego tóxico que en ocasiones, desarrollamos en nuestras relaciones afectivas. Si necesitamos algo para ser felices nos volvemos cautivos de nuestras propias emociones Empieza por ti mismo/a. Sé tú la persona que quisieras tener a tu lado… La que merece caminar los pasos de tu vida. Al final, llegará alguien que se reflejará en ti. No obstante, empieza también con estas importantes dimensiones: -Libérate de tus miedos. -Disfruta de tu soledad, aprende a leer en tu interior, a empatizar más contigo a la vez que con los demás. -Cultiva tu crecimiento personal, disfruta de tu presente, de lo que eres y de cómo eres. -Aprende a ser feliz con humildad, desactivando el ego, madurando emocionalmente. En cuanto te des a ti mismo todo aquello que mereces, convirtiéndote en la mejor versión de ti, llegará lo que necesitas. Priorizarse a uno mismo no es ser egoísta Muchas veces seguimos siendo prisioneros de esos pensamientos limitantes explicados al inicio. Hay quien encuentra su felicidad dándolo todo por los demás: cuidando, atendiendo, renunciando a ciertas cosas por los demás. Es posible que nos educaran así. Ahora bien, siempre llega un momento en que hacemos balance y algo falla. Aparece el vacío, la frustración, el dolor emocional… Como todo en esta vida, existe la armonía, la conjunción de tu espacio y mi espacio, de tus necesidades y nuestras necesidades. La vida en familia, en pareja o en cualquier contexto social, debe construirse mediante un adecuado equilibrio donde todos ganen y nadie pierda. En el momento que hay pérdidas, dejamos de tener el control de nuestra vida, dejamos de ser protagonistas para convertirnos en actores secundarios. Reflexiona durante un instante en estas breves ideas: -Merezco un día de descanso, para mí mismo, en soledad. Esto me ofrecerá lo que necesito: pensar, liberarme del estrés y relativizar las cosas. -Merezco ser feliz, tal vez sea el momento de “dejar ir” determinadas personas, o aspectos de mi vida. Ello me permitirá conseguir lo que necesito: una nueva oportunidad. Todos merecemos dejar de ser cautivos del sufrimiento, de nuestras propias actitudes limitantes. Abre los ojos a tu interior, descifra tus necesidades, escucha tu voz. En el momento que te permitas lo que mereces, llegará lo que necesitas. Rincón del Tibet