viernes, 20 de mayo de 2016

AMOR AL ODIO

AMOR AL ODIO Dices: '‘Odio la vida’. Pero, ¿qué es la vida? La palabra es una abstracción, tan amorfa, tan desgraciada. Y, ¿qué es el odio? ¿Qué no acaso el odio es un amor anquilosado? ¿Odias la vida? El inmenso e infinito misterio de la vida, todo lo que es, fue y será, ¿odias la totalidad, odias todo? ¿No es algo demasiado inmenso para odiar? ¿Qué no acaso el odio es demasiado insignificante, demasiado limitado como para contener a la vida? ¿Odias el sol ardiente? ¿El primer resplandor de la mañana? ¿El canto de un ave? ¿Los planetas girando en sus ancestrales órbitas? ¿El sorbo de té que acabas de saborear? ¿La flor que aparece por tu ventana? ¿Cada organismo, desde que nace hasta que muere? ¿La mirada en los ojos de tu abuela de aquel día? ¿Tu propio ser? ¿Odias que tu libertad odie, que tome una actitud hacia la vida y que la viva? Si realmente odiaras la vida, estarías muerto en este instante, amigo. El odio no puede durar. Una parte de ti aún no se ha rendido, entonces. Una parte de ti debe amar tanto la vida, debe conocer la alegría de estar tan profundamente despierto y vivo para que la otra parte pueda odiarla y expresar ese odio tan libre y tan apasionadamente. Tú no odias la vida, porque estás vivo, porque eres vida. Tú simplemente sientes ahora el enorme contraste entre cómo estás viviendo, y cómo sabes que puedes vivir. Debes conocer la vida y el amor tan profundamente para que puedas ser capaz de odiar tanto tu presente existencia; debes saber a qué grado estás limitando el gran amor que es posible aquí, desde el maravilloso potencial en el corazón de todas las cosas. El odio es sólo una búsqueda de amor mal dirigida, la invitación a una transformación radical interna. El amor no tiene opuesto. No puede tener ningún oponente, así como el sol no puede ser quemado por su propia luz, y como una sombra no puede oponerse a un faro. Ahora comprendo que mi odio hacia la vida cuando era joven era simplemente mi frustrado anhelo de despertar. Yo odiaba la vida porque la amaba con todo mi corazón. - Jeff Foster Foto de Dorian Johnston.

EL SER HUMANOS ES MILAGROSO EN CUANTO PUEDE TRANSFORMAR SU PASADO

EL SER HUMANO ES MILAGROSO EN CUANTO PUEDE TRANSFORMAR SU PASADO ... Algunos dicen “no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe”, pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células, frecuentemente, produciendo enfermedades. El problema del pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada. Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y, cuando interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, y otros que son muy duros , que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen. La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tú respiras lentamente y haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el subconsciente sale a flote, es decir se pregunta ¿que pasa aquí que no están respirando? En ese momento el inconsciente hace aflorar a la consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que éramos víctimas pero que no habíamos reconocido nunca en la vida, y en ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar nuestras heridas más profundas. Cuando hacemos eso podemos ir más lejos, así es como actuamos para la auto sanación. Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia?, si tengo una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo, un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es del todo cierto, eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean alérgicas sólo al frío, las personas alérgicas al frío también tienen miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es decir, el frío es simplemente un símbolo. Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo. Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia, la experimento como un vacío o como un hueco a nivel del plexo solar, la puedo experimentar de muchas maneras. Dónde y cómo experimento la alergia, me da una idea de la parte de mi energía que está comprometida. Vamos a ver otro sentimiento, el miedo, yo diría que la mitad de nuestros lumbagos son por el miedo . Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle “tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también”. Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro transmutarla al altar del corazón, entonces desaparece el lumbago. Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir. Pues bien, ese dolor articular, es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo. Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema. La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi responsabilidad, es la nueva medicina de la consciencia y descubrir que podemos hacer mucho por nuestra vida . Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro. Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión. Cuando el paciente sana, trabajando en ello, es su alma la que lo sana. El sanador es como un imán que le da la carga que su alma necesita, pero realmente la sanación es rescatar la autonomía, la auto-gestión, y la libertad del otro, para sanarse. La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto. Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada. La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia, se trata simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es, y cuando la paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus. Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse superman, uno puede ser muy orgulloso y decirse ”estoy triste porque no me curé el cáncer”, eso no es un fracaso, el cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección. Uno no aprende medicina consciente de un día para otro, hay lecciones complicadas y difíciles. También nos diplomamos o nos especializamos en el alma, cuanto más grande sea el desafío, más grande es la oportunidad de crecimiento. Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir huyendo de ellas, y así poder transmutarlas. Pero una vez que sentimos la emoción, hay una pregunta fundamental ¿cuál es la lección que hay debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, qué me quería decir esta actitud y esta enfermedad? Cuando yo no digo NO, en la vida, termino resentido y con ira, pero la ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a reafirmarme diciendo NO. La ira es la mejor estrategia de autoafirmación. Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se vuelve sanadora, es lo mejor de mi fuerza, mi ira barre y limpia la casa y hace las cosas más rápidamente, ustedes han visto a un ama de casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la mañana. La ira es una forma de energía que se puede transmutar físicamente, el hecho de que la transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira, la fuente de la ira es la necesidad de auto-afirmarse, es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia. Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no es ser bobo, la tolerancia no excluye la autoafirmación. La auto-afirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra cuando la quito abre una puerta de Luz, una lección que yo puedo aprender en mi vida. Dr. Jorge Carvajal Posada