domingo, 15 de enero de 2017

que significa la palabra amen

¿Qué Significa la Palabra “Amén”? Amén es una palabra cuyo uso en lengua hebrea es muy antiguo. Desde el punto de vista etimológico, “amén” es una palabra hebrea que deriva del verbo hebreo “aman”, que se usa para reforzar o confirmar algo pues, básicamente, significa: ‘Que conste’ o ‘en verdad’. Esta palabra no tiene equivalencia en las lenguas occidentales por esto su significado más que traducirse debe asimilarse como respuesta a algo firme, estable o inconmovible. Es por esto que la tradición judeocristiana ha mantenido inalterada esta palabra sin traducirla, dado que cualquier traducción empobrece el sentido original de la palabra, que se usa en relación a lo sagrado pues, en sentido estricto, sólo se puede decir amén en referencia a Dios. Es claro pues que ésta palabra es un vocablo de origen semita y con el tiempo su uso fue extendido al cristianismo; por esto el término «amén» es muy utilizado en la Biblia. El término ‘amén’ se usa para confirmar algo: ‘así es’, o para afirmar que algo tiene que ser: ‘así sea’. Esta palabra es una de las aclamaciones litúrgicas más frecuentes pues se utiliza generalmente como fórmula para concluir las oraciones. Pronunciar esta palabra es proclamar que se tiene por verdadero lo que se acaba de decir, con el objetivo de ratificar una proposición o unirse a ella o a una oración. Por eso, expresado en forma grupal en el ámbito de un servicio divino u oficio religioso, también significa ‘estar de acuerdo’ con lo expresado. La palabra Amén es una expresión que Jesús utiliza en los evangelios para iniciar un discurso dándole una connotación de solidez y contundencia por esto Él decía: ‘en verdad, en verdad os digo’. Amén es una palabra aramea, de la lengua que hablaba Jesús, y significa la fuerza, la firmeza, la solidez, la estabilidad, la duración, la credibilidad, la fidelidad, la seguridad total… Y suele traducirse como “ASÍ SEA”. En los tiempos de la Biblia cuando se hablaba en arameo si un hombre decía ”Amén” quería decir que hablaba con seriedad. Era casi un juramento. Desde niños se nos ha enseñado que cuando terminemos una oración digamos Amén, al hacerlo le estamos pidiendo a Dios que lo que dice e implica esa oración se haga realidad en cada aspecto de nuestra vida. Pero no es tan simple, debemos estar conscientes de lo que estamos diciendo cuando la repetimos tanto. Decir Amén implica un gran compromiso, es hacer una profesión de fe, es decirle a Dios que sí, que estamos de acuerdo con todo lo que Él nos dice, es repetirle una y otra vez que le vamos a ser fieles, es asegurar nuestra esperanza. Es triste que al momento de orar es como si estuviéramos conversando con alguien y al terminar ya no es necesario seguir con esa conversación, porque ya dijimos amén. Recuerda que no es necesario estar en la iglesia de rodillas para conversar con el Señor, podemos hacerlo durante el día en nuestras tareas diarias. El Amén es solamente el “así sea” y no el despedir o dejar de hacer lo que estaba haciendo, sobre todo cuando oramos. “En efecto, todas las promesas de Dios encuentran su «sí» en Jesús, de manera que por él decimos «Amén» a Dios, para gloria suya.” (2Cor 1,20) - A ti que lees ésta pequeña reflexión: “Dios te bendiga”, creo que responderás con ”Amén”.extraido de la web