lunes, 8 de junio de 2015

EL ADVAITA ES EL CAMINO

El advaita es el camino de la no dualidad, una antigua tradición de la India que muestra que la sensación y creencia de estar separado de la existencia no es más que una ilusión. Mooji te pregunta: ¿dónde está ese yo que se cree separado? Señálamelo. ¿Acaso se puede encontrar? Con una mirada fresca, te invita a ir más allá de la mente y a descubrir quien realmente eres, el único e infinito Ser. «Has caído bajo el hechizo, la hipnosis de tus propias proyecciones, y sufres por esa confusión. Todo lo que hace falta es una bofetada que te despierte de este estupor.» Mooji

LOS MILAGROS ESTAN EN LA LUZ

LOS MILAGROS ESTÁN EN LA LUZ Publicado por Noa Rosa Castillo Solá Hoy aprendo a dar tal como recibo. 1. ¿Qué se te ha dado? Se te ha dado el conocimiento de que eres una mente, de que te encuentras en una Mente y de que no eres sino mente, por siempre libre de pecado y totalmente exento de miedo al haber sido creado del Amor. No has abandonado tu Fuente, por lo tanto, sigues siendo tal como fuiste creado. Esto se te dio en forma de un conocimiento que no puedes perder. Ese conocimiento se le dio asimismo a todas las cosas vivientes, pues sólo mediante él viven. 2. Has recibido todo esto. No hay nadie en este mundo que no lo haya recibido. No es éste el conocimiento que tú transmites a otros, pues ése es el conocimiento que la creación dio. Nada de esto se puede aprender. ¿Qué es, pues, lo que vas a aprender a dar hoy? Nuestra lección de ayer evocó un tema que se expone al principio del texto. La experiencia, a diferencia de la visión, no se puede compartir de manera directa.La revelación de que el Padre y el Hijo son uno alboreará en toda mente a su debido tiempo. Sin embargo, ese momento lo determina la mente misma, pues es algo que no se puede enseñar. 3. Ese momento ya ha sido fijado. Esto parece ser bastante arbi­trario. No obstante, no hay nadie que dé ni un solo paso al azar a lo largo del camino. Todos lo han dado ya, aunque todavía no hayan emprendido la jornada. Pues el tiempo tan sólo da la impresión de que se mueve en una sola dirección. No hacemos sino emprender una jornada que ya terminó. No obstante, parece como si tuviera un futuro que todavía nos es desconocido. 4. El tiempo es un truco, un juego de manos, una gigantesca ilu­sión en la que las figuras parecen ir y venir como por arte de magia. No obstante, tras las apariencias hay un plan que no cam­bia. El guión ya está escrito. El momento en el que ha de llegar la experiencia que pone fin a todas tus dudas ya se ha fijado. Pues la jornada sólo se puede ver desde el punto donde termina, desde donde la podemos ver en retrospectiva, imaginarnos que la emprendemos otra vez y repasar mentalmente lo ocurrido. 5. Un maestro no puede dar su experiencia, pues no es algo que él haya aprendido. Ésta se reveló a sí misma a él en el momento señalado. La visión, no obstante, es su regalo. Esto él lo puede dar directamente, pues el conocimiento de Cristo no se ha per­dido, toda vez que Él tiene una visión que puede otorgar a cual­quiera que la solicite.La Voluntad del Padre y la Suya están unidas en el conocimiento. No obstante, hay una visión que el Espíritu Santo ve porque la mente de Cristo también la contem­pla. 6. Aquí el mundo de las dudas y de las sombras se une con lo intangible. He aquí un lugar tranquilo en el mundo que ha sido santificado por el perdón y el amor. 3Aquí se reconcilian todas las contradicciones, pues aquí termina la jornada. La experiencia ­que no se puede aprender, enseñar o ver simplemente se encuen­tra ahí. Esto es algo que está más allá de nuestro objetivo; pues trasciende lo que es necesario lograr. Lo que nos interesa es la visión de Cristo. Esto sí que lo podemos alcanzar. 7. La visión de Cristo está regida por una sola ley. No ve el cuerpo, ni lo confunde con el Hijo que Dios creó. Contempla una luz que se encuentra más allá del cuerpo; una idea que yace más allá de lo que puede ser palpado; una pureza que no se ve men­guada por errores, por lamentables equivocaciones, o por los ate­rrantes pensamientos de culpabilidad nacidos de los sueños de pecado. No ve separación. Y contempla a todo el mundo, y todas las circunstancias, eventos o sucesos, sin que la luz que ve se atenúe en lo más mínimo. 8. Esto se puede enseñar, y todo aquel que quiera alcanzarlo tiene que enseñarlo. Lo único que es necesario es el reconocimiento de que el mundo no puede dar nada cuyo valor pueda ni remota­mente compararse con esto; ni fijar un objetivo que no desapa­rezca una vez que se haya percibido esto.Y esto es lo que vas a dar hoy: no ver a nadie como un cuerpo y saludar a todo el mundo como el Hijo de Dios que es, reconociendo que es uno contigo en santidad. 9. Así es como sus pecados le son perdonados, pues la visión de Cristo tiene el poder de pasarlos a todos por alto. En Su perdón se desvanecen. Al ser imperceptibles para el Uno, simplemente desaparecen, pues la visión de la santidad que se halla más allá de ellos viene a ocupar su lugar. No importa en qué forma se manifestaban, cuán enormes parecían ser ni quién pareció sufrir sus consecuencias. Ya no están ahí. Y todos los efectos que pare­cían tener desaparecieron junto con ellos, al haber sido erradicados para ya nunca más volver. 10. Así es como aprendes a dar tal como recibes. Y así es como la visión de Cristo te contempla a ti también. Esta lección no es difícil de aprender si recuerdas que en tu hermano te ves a ti mismo. Si él se encuentra inmerso en el pecado, tú también lo estás; si ves luz en él, es que te has perdonado a ti mismo tus pecados. Cada hermano con quien hoy te encuentres te brinda una nueva oportunidad para dejar que la visión de Cristo brille sobre ti y te ofrezca la paz de Dios. 11. Cuándo ha de llegar esta revelación es irrelevante, pues no tiene nada que ver con el tiempo. No obstante, el tiempo aún nos tiene reservado un regalo, en el que el verdadero conocimiento se refleja de manera tan precisa que su imagen comparte su invisi­ble santidad y su semejanza resplandece con su amor inmortal. Nuestra práctica de hoy consiste en ver todo con los ojos de Cristo. Y mediante los santos regalos que damos, la visión de Cristo nos contempla a nosotros también. 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FORTALECE TU AUTOESTIMA

FORTALECE TU AUTOESTIMA No te critiques. Cuando te criticas, tus cambios son negativos. Cuando te aceptas, tus cambios son positivos. Las críticas nunca cambian nada. Acéptate exactamente como eres ahora. No te des miedo a ti mismo. Deja de asustarte con tus propios pensamientos. Esa es una manera terrible de vivir. Busca una imagen mental que te guste y sustituye tu pensamiento aterrador por una imagen de placer. Sé amable y paciente contigo mismo. Sé delicado y amable contigo mismo. Ten paciencia mientras aprendes nuevas formas de pensar y cambias viejos hábitos de conducta. Trátate como si fueras alguien a quien realmente quieres. Sé amable con tu mente. El odio hacia uno mismo es sólo odio a los propios pensamientos. No te odies ni te hagas daño por tener esos pensamientos, ámate a ti mismo cambiándolos suavemente. Elógiate. La crítica destruye el espíritu y la energía interna. El elogio y la valoración lo construyen. Elógiate todo lo que puedas. Reconoce lo que estás haciendo bien en cada pequeña cosa. Date apoyo. Encuentra formas de apoyarte a ti mismo. Busca amigos y permite que te ayuden. Ser fuerte es saber pedir ayuda cuando se necesita. Aprende a pedir para que los demás puedan aprender. Ama tu negatividad. Reconoce que la has creado para cubrir una necesidad. Ahora estás encontrando nuevas y positivas maneras de cubrir estas necesidades. Por lo tanto, puedes dejar marchar, con amor, tus viejos patrones negativos. Cuida tu cuerpo. Aprende sobre nutrición. ¿Qué clase de alimentos necesita tu cuerpo para tener el máximo de energía y vitalidad? Aprende sobre ejercicio. ¿Qué clase de ejercicio puedes disfrutar? Ofrécete tiempo para descansar, aprende a relajarte física y mentalmente. Ama el templo en el que vives. Utiliza el espejo. Mira a menudo al interior de tus ojos. Expresa tu creciente sentimiento de amor hacía ti mismo mirándote en el espejo. Habla a tus padres mirándote en el espejo. Perdónales también. Al menos una vez al día dí: “Te quiero, te quiero tal como eres”.Ámate, ¡hazlo ahora! No esperes a que las cosas te vayan mejor, te encuentres bien, tengas pareja, trabajo o hayas adelgazado. Empieza ahora y hazlo lo mejor que puedas!!!. -Louise L. Hay-

ALAS PARA VOLAR

Cuántas veces nos hemos quedado parados ante al intento de hacer algo nuevo, de intentar algo que en realidad estamos deseando pero, nos hemos quedado quietos pensando……¿qué pasará?, ¿y si nos equivocamos?….¿no será mejor no intentarlo ? Cuando el pajarillo se hizo grande, su padre le dijo. –Hijo mío, no todos nacen con alas, no es que tengas obligación a volar, pero seria muy penoso que te limitaras tan solo a caminar, teniendo esas alas que el buen Dios te ha dado….Pero yo no sé volar, contesto el hijo. Es verdad contestó el padre, y lo llevó hasta el mismo borde de la montaña—Ves?, este es el vacío. Cuando desees volar, párate aquí, tomas aire, y vas a saltar al abismo extendiendo tus alas. ¿y si me caigo?, contestó el pajarillo. Aunque te caigas, nada te pasará, sólo algunos magullones pero, te harán más fuerte para cuando lo vuelvas a intentar. Volvió a su pueblo y se lo comentó a todos sus amigos…..¿estás loco? le dijeron.. ¿quien necesita volar?…Sus mejores amigos pensaban lo contrario. ¿Y si fuera cierto? Decidió intentarlo y se subió a la copa de un árbol, y saltó…..Se hizo un gran chichón en la frente y por el camino se encontró con su padre…!Me mentiste! No puedo volar, ¡mira qué golpe me he dado! Hijo mío–dijo el padre— para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen, es lo mismo que como tirarse en paracaídas. Necesitas altura para saltar. Para volar, hay que empezar corriendo riesgos….Si no quieres, quizás lo mejor será resignarse y seguir caminando para siempre. Jorge Bucay