domingo, 15 de mayo de 2016

SER MAESTRO O MAESTRO DE REIKI

Ser Maestro o Maestra de Reiki Publicado en 30/08/2015 Tomar en sus propias manos la energía de la vida es el significado profundo de ser maestra o maestro de Reiki. La confusión en los nombres a veces nos puede llevar a pensar que se trata de convertirse en maestros espirituales al estilo de los profetas. ¡Esas son proyecciones personales, amigos! En el contexto de reiki se trata de ser guías, primero de nuestro propio barco, y luego iluminar el camino de los demás, conectándolos a ellos también con su propia luz interna. La vida, como la conciencia: ¿se expande, se contrae o también se transforma? Existe un ritmo que fluye a través de todo lo viviente. Late a veces en expansión, otras se contrae a fin de dar luego el siguiente paso que es la transformación. No sólo el tiempo tiene un ritmo sino que la energía vital o ki lo posee en su esencia. Estudiar y practicar reiki en cualquiera de sus niveles nos pone en contacto de manera directa con esa experiencia. Por eso limitar estos métodos y usarlos solo con finalidades de relajación, los anula en su aspecto más luminoso. El bienestar primero, los deberes después. Existe una creencia muy instalada que sostiene la idea de que, para lograr un objetivo, primero hay que sacrificarse. Si bien esto es cierto para algunos terrenos de la vida, que tienen más que ver con la supervivencia, para los campos de la energía no es tan así. Para reiki la vida es abundante, la energía también lo es. Lo que no vemos es que esto es importante para nuestro crecimiento. El objetivo de estas prácticas, es ayudarnos a despertar del sueño colectivo de la escasez de felicidad, alegría, salud y otros bienes intangibles, que parecen destinados más a otras razas en otros planetas y no a nosotros, aquí y ahora, en el contexto de nuestras vidas. Primero estos métodos nos darán el bienestar, luego pondremos manos a la obra a fin de que otros también puedan disfrutarlos. Ese será el momento del dar, después del recibir. No podemos dar lo que no tenemos. ¿Hay un colonialismo espiritual o solo es un dilema político/económico? En materia de espiritualidad hay muchas corrientes que fluyen en diferentes direcciones. En esta aparente contradicción reside su atractivo, ya que cada modelo atrae a las personas que, en ese momento, lo necesitan ver desde ese ángulo. En algún momento la persona cambia y se dirige hacia otro lugar, donde también encontrará lo que su aprendizaje de vida necesita. Por lo tanto nada sobra, todo hace falta. Algo distinto es cuando los habitantes de una determinada región del planeta sólo conciben como válidas las teorías y guías de aquellos países con más poder de difusión y marketing que logran que sus libros, métodos, webs y por ende ideas, sean impuestas rápidamente en todas partes como “las nuevas revelaciones”. Conozco muchos seres lúcidos en todas las latitudes, con ideas trascendentes que no llegan a darse a conocer, por no contar con el aparato mundial de promoción que ciertas culturas más prosperas poseen. La cultura oriental, por ejemplo, requiere que nosotros la “revisitemos” de primera mano, que la veamos desde una perspectiva diferente. Nuestra cultura sudamericana, lo mismo. Dejarnos llevar por interpretaciones hechas con otra idiosincrasia, en países con niveles de vida superiores, con expectativas de jubilación o retiro promisorias, es salirse del eje y subestimar las capacidades espirituales de los nacidos en lugares menos favorecidos por las políticas publicas mundiales. Dios atiende en todas partes… ¿Me escapo o me conecto a la vida real al practicar disciplinas energéticas, alternativas o espirituales? La llamada vida real, es solo una parte de la vida, aunque para muchos sea el único referente y modelo para sentirse exitosos o perdedores. Existen tantos planos de conciencia no explorados aún, que podríamos experimentar por varias vidas en cada uno de ellos, si esas vidas futuras fuesen reales. Toda práctica de energía, necesita tener, como las antiguas artes marciales, una clara conexión con la tierra y lo cotidiano. Para no perder el eje y fluir desde un plano de conciencia al otro, sin quedarnos pegados en ninguno. No es sano estar todo el día en el Nirvana o iluminados. Lo sano es moverse tanto en el cuidado de la familia como en el de uno mismo, con soltura y lucidez. La vida real es la cotidiana y la idea es que las disciplinas orientales no sirvan como distracción sino como conectores, asumiendo que la mejor manera de ser espiritual es espiritualizar lo común, lo cotidiano. ¿Escapar de la realidad y huir al mundo espiritual? ES toda una tentación usar las técnicas orientales como panacea o vía de escape de la propia realidad que a uno le toca vivir sin hacerle frente. Aunque algo utópica y poco “aggiornata”, la idea de lograr el paraíso en la tierra o la transformación de la humanidad belicosa en un grupo de seres que se bendicen entre sí cada mañana, es un anhelo que, de todas maneras, en algún momento nos ha surgido, aunque más no sea para desecharlo por poco realista. La idea de que el mundo espiritual es romántico y poco conflictivo, es solo eso, una idea nomás. Al ingresar y poner en nuestras vidas más luz, la oscuridad de dentro y de fuera comienza a moverse, a fin de que nosotros, a la vez, nos fortalezcamos y demos el siguiente paso hacia un equilibrio, tanto interno como externo, que nos permita darnos cuenta a cada momento del significado y la enseñanza de lo que ocurre a nuestro alrededor. Más que una salida, el mundo espiritual es una entrada. ¿Hace falta todavía aclarar que lo espiritual es inherente a todo ser humano, como lo físico, y diferenciar que lo religioso se refiere a sus creencias y es producto de su cultura y decisión personal? ¿Estoy preparado, podré? ¿Necesitaré experiencia? ¡Empecemos ahora mismo! Cada cirujano comenzó su experiencia de a poco, hasta que logró hacerse experto en su arte. A nosotros, el recibir energía, nos vuelve expertos. El practicar también nos vuelve expertos. El meditar lo hace también. Cada cual en algún aspecto está siempre en proceso de entrenamiento, ya que la vida nos entrena en la energía vital a fin de que podamos aprovecharla en plenitud. Los japoneses en otras épocas, crearon muchos caminos para que la mayor parte de la gente se sienta incluida en alguna forma de disfrutar la energía. Los “do” japoneses son senderos para expresar esta necesidad humana básica de sentir la energía, a fin de sentir la vida en plenitud y poder así aprovechar al máximo el tiempo presente. Reiki-do, el sendero de la energía; Cha-do, el sendero de la ceremonia del té; son algunos de tantos. El Método Reiki capta la energía necesaria, a fin de que podamos traducirla en armonía plena, relajación activa y paz profunda. Esto completa la sensación de vacío interior, hastío, ansiedad, estrés y una vida carente de sentido, padecimientos que todos los habitantes del planeta, en esta época, tenemos en común. Con estos elementos en claro, da el siguiente paso: recibí tu nivel de Maestra o Maestro. La vida te cubrirá de bendiciones!